lunes, 1 de noviembre de 2010

Mixquic recibe a sus muertos

Lunes, 01 noviembre 2010
Los habitantes de San Andrés Mixquic, donde la muerte es un paso hacia la vida eterna y los muertos son ángeles de la guarda, recibieron con ofrendas a los que se fueron y colocaron velas para alumbrar su camino.

En las entradas de las casas fueron colocadas lámparas de papel de china y carrizo, que indican a cada ánima cuál es su hogar; al pueblo, de 17 mil habitantes y cuatro barrios –San Miguel, Los Reyes, San Bartolomé y San Agustín - desde hace una semana llegan visitantes para observar la fiesta del Día de Muertos, comenta José Odilón, cronista del lugar.

Explica que este año la fiesta del Día de Muertos de Mixquic, que significa lugar de mezquites, árbol relacionado con el sacrificio, empezó con la colocación de una Catrina gigante en la avenida Independencia, por donde llegan las ánimas desde el más allá.

El momento de La Ofrenda consiste en la colocación en las mesas de los hogares, en las cuales se sirven alimentos de todo tipo, el 31 para los niños y el 1 para los mayores. También se colocan candeleros negros o blancos con velas para adultos y niños, con el propósito de alumbrar el alma de los muertos.

Entre los alimentos hay sal, agua, pulque, cerveza, tequila, y no falta el tradicional mole de pescado con acelga guisado con manteca, especias y tomate, además del tradicional chacualole, un dulce hecho con una calabaza rellena de tejocote, pedazos de caña que se hierve con piloncillo y canela.

A las 12:00 horas del día 31, El Campanero anunció que las ánimas de los niños ya vienen, y el día primero a las 11 de mañana se ofrece una misa en honor de los difuntos chicos. Posteriormente, 12 campanadas señalan que los niños regresan al lugar de donde vinieron, y enseguida las campanas comienzan a doblar para indicar que ya vienen las ánimas de los adultos.

Desde el día 31 las dos mil tumbas del panteón del pueblo, el único del lugar, fueron adornadas con flores de nube y alhelíes, principalmente, y el día 1 se agrega el cempasúchil; “esas flores se siembran en la misma comunidad”, aclaró.

A las tumbas también se lleva comida, tamales, veladoras y pan, así como adornos de papel picado. El 2 de noviembre, al caer la noche, empieza el rito de La Alumbrada con la colocación de veladoras, velas y cirios con las que la población despide a sus difuntos e iluminan su camino de regreso.

Fuente: Notimex

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